La fecha de la reforma laboral es el viernes 11 de junio. Sí, ese será el día en que el texto que el Gobierno tiene sobre la mesa estará en el Consejo de Ministros para ser aprobado. Así nos lo han confirmado fuentes del Ministerio de Trabajo y "reconfirmado" en medios próximos a La Moncloa.
Lo cuál quiere decir que la crónica de una muerte anunciada, la de la reforma laboral, por consenso entre sindicatos y patronal, se da ya por perdida. El presidente del Gobierno así lo anunció. Si a finales de este mes -ya estamos a finales- no hay acuerdo entre los agentes sociales, habrá reforma por decreto.
Sobre el contenido, se da por hecho -pero con matices, como todo lo que se elabora estos días con las prisas- que se incluirá la extensión del contrato de fomento, para reducir los contratos temporales y que establecería el coste por despido improcedente en los 33 días, frente a los 45. Este punto pone de los nervios a los sindicatos.
Quedan muchas incógnitas por resolver, como la implantación del modelo alemán, que reduce las horas de trabajo para dar empleo a más gente. Pero las arcas del Estado no están como para sufragar el coste de esa reducción.
O el modelo austriaco, otro de los barajados. Es decir, la creación de un fondo que se dota con una parte del sueldo del trabajador y ¿de la empresa?, para que en caso de despido pueda disponer de él, o llevarselo a otra compañía si cambia de puesto.
Demasiadas incógnitas, pero en el Gobierno insisten en que las líneas generales están listas para ese texto, que se verá el 11 de junio. Veremos.
Ana R. Cañil y Pilar Portero - tu2is
Lo cuál quiere decir que la crónica de una muerte anunciada, la de la reforma laboral, por consenso entre sindicatos y patronal, se da ya por perdida. El presidente del Gobierno así lo anunció. Si a finales de este mes -ya estamos a finales- no hay acuerdo entre los agentes sociales, habrá reforma por decreto.
Sobre el contenido, se da por hecho -pero con matices, como todo lo que se elabora estos días con las prisas- que se incluirá la extensión del contrato de fomento, para reducir los contratos temporales y que establecería el coste por despido improcedente en los 33 días, frente a los 45. Este punto pone de los nervios a los sindicatos.
Quedan muchas incógnitas por resolver, como la implantación del modelo alemán, que reduce las horas de trabajo para dar empleo a más gente. Pero las arcas del Estado no están como para sufragar el coste de esa reducción.
O el modelo austriaco, otro de los barajados. Es decir, la creación de un fondo que se dota con una parte del sueldo del trabajador y ¿de la empresa?, para que en caso de despido pueda disponer de él, o llevarselo a otra compañía si cambia de puesto.
Demasiadas incógnitas, pero en el Gobierno insisten en que las líneas generales están listas para ese texto, que se verá el 11 de junio. Veremos.
Ana R. Cañil y Pilar Portero - tu2is
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