Imagen de la manifestación en Bilbao
Euskadi se despertó ayer en un ambiente de huelga general, con el funcionamiento precario del transporte público, menos tráfico rodado que el habitual y piquetes de huelguistas en los puntos neurálgicos de la actividad. Pero a medida que avanzó el día, la incidencia de la protesta se vio limitada a determinados sectores, la normalidad fue imponiéndose y centenares de miles de ciudadanos y trabajadores vascos desarrollaron sus quehaceres habituales. Los centros urbanos de la mayor parte de las ciudades de la comunidad autónoma recuperaron la calma a mediodía, con prácticamente todos los comercios y servicios abiertos, salvo en los trayectos de las diversas manifestaciones convocadas con motivo del paro general, el octavo en Euskadi por causas sociolaborales desde la recuperación de la democracia.
La huelga respondía a dos llamamientos diferentes, con algunas reivindicaciones comunes, como el rechazo a la reforma laboral y a las últimas medidas de ajuste del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Por un lado, la mayoría sindical que conforman ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU. Por otro, CC OO de Euskadi, que mantiene una protesta similar para el 29 de septiembre, que compartirá con UGT-Euskadi y que ha sido convocada en toda España por las confederaciones de ambas centrales. Además, se habían sumado a la jornada de protesta otras organizaciones como LSB-USO, CNT y CGT.
La industria fue una de las actividades en que el paro se dejó sentir con más fuerza, aunque de una forma muy irregular por zonas geográficas y por sectores. Así, fue mayor en Guipúzcoa, en especial en las zonas interiores, y en las grandes empresas. El transporte público de viajeros fue otra de las más afectadas, aunque alguno llegó a funcionar con cierta normalidad, como los autobuses de Bilbao, pero en la mayoría de los casos, con los servicios mínimos, fijados en un 30% de lo habitual.
- Incidencia puntual.
En el resto de áreas productivas el seguimiento de la huelga fue, en términos generales, menor, aunque con incidencia puntual en determinados centros del sector comercial, sanitario... En cualquier caso, fueron pocas las empresas o servicios que cerraron sus puertas, a tenor de las informaciones facilitadas por las organizaciones patronales y por los propios promotores del paro.
Como en ocasiones anteriores, llaman la atención las grandes diferencias entre las estimaciones realizadas por las asociaciones empresariales, el Gobierno vasco y los sindicatos. Para ELA, por ejemplo, el paro fue «un éxito» y, entre otras cosas, alegó para justificar esa valoración que de un total de 480 empresas controladas de más de 50 trabajadores, en 311 fue superior al 70% e inferior al 30% en sólo 66.
Para CC OO el seguimiento de la protesta fue «muy importante», en palabras de su secretario general, Unai Sordo, quien lo estimó en el 90% en la industria de amplias zonas de la geografía vasca.
Unos datos que contrastan con los facilitados por las patronales. Confebask calificó la jornada de protesta como «rotundo fracaso», con un «seguimiento muy limitado». Para la industria, fijó una incidencia del 18% en Álava, el 25% en Guipúzcoa y una cifra intermedia en Vizcaya. Más en concreto, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal señaló que de una muestra de 251 firmas con 8.600 trabajadores, el seguimiento fue del 13,7% y la normalidad, «absoluta» en el 66% de los casos. Cebek, Adegi y SEA realizaron asimismo sus valoraciones, que coinciden en el «escaso» seguimiento.
- Éxitos parciales.
El Gobierno vasco también entró a valorar el eco, que evaluó en el 8,6% de los trabajadores de la Administración general, mientras que en el sector privado lo situaba entre el 19% de Álava y el 25% de Guipúzcoa, con un 23% para Vizcaya.
Más difícil es contrastar los datos sobre las diputaciones y ayuntamientos, que no facilitaron cifras, por lo que la única estimación es la de los convocantes, que cifraron el seguimiento como mayoritario en unos casos y «significativo» o «amplio» en otros.
Si bien las centrales fracasaron en parar la actividad como es el objetivo de toda huelga general, no es menos cierto que la visualización conseguida tuvo éxitos parciales muy significativos. En primer lugar, porque llevaron el conflicto con sus piquetes al corazón de las ciudades y centros comerciales emblemáticos en diferentes momentos de la mañana, a polígonos industriales y a empresas sensibles como las del transporte. Además, plasmaron su capacidad de movilización con numerosas manifestaciones en las grandes ciudades, en especial en Bilbao, donde la mayoría sindical que encabezan ELA y LAB, por un lado, y CC OO, por otro, protagonizaron dos de las marchas más importantes de los últimos años en sus respectivos ámbitos.
- Enfrentamientos.
Aunque a lo largo de la jornada no se registraron percances graves, pudo observarse cierto repunte de los incidentes en este tipo de protestas laborales. La actuación de los piquetes propició diversos incidentes que se saldaron con dos agentes de la Ertzaintza contusionados, tres detenidos y 13 imputados por desobediencia a la autoridad e insultos. Una catenaria de FEVE inutilizada, pinchazos a autobuses y daños en algunas empresas completaron la página de sucesos de la jornada, en la que hubo intentos de cortar algunas carreteras.
Menos éxito tuvo la huelga convocada en Navarra por la mayoría sindical que encabezan las centrales nacionalistas ELA y LAB. La misma se limitó a determinadas zonas -norte de la comunidad y cinturón industrial de Pamplona-, sectores y empresas.
Aunque las protestas contra los ajustes de Zapatero y la reforma laboral vienen ya de hace semanas, la huelga general celebrada ayer en Euskadi ha sido por el momento el punto culminante de una fase de movilizaciones laborales que no tiene precedentes desde las grandes reconversiones industriales. Y los responsables sindicales se encargaron de recordar que las acciones seguirán. La posibilidad de que se reforme la negociación colectiva, se recorten las pensiones o se acentúe la perdida de derechos de la reforma laboral mantendrán con las espadas en alto a las organizaciones obreras, al menos hasta la huelga general del 29 de septiembre, esta vez en toda España.
José Luis Galende - El Correo
La huelga respondía a dos llamamientos diferentes, con algunas reivindicaciones comunes, como el rechazo a la reforma laboral y a las últimas medidas de ajuste del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Por un lado, la mayoría sindical que conforman ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU. Por otro, CC OO de Euskadi, que mantiene una protesta similar para el 29 de septiembre, que compartirá con UGT-Euskadi y que ha sido convocada en toda España por las confederaciones de ambas centrales. Además, se habían sumado a la jornada de protesta otras organizaciones como LSB-USO, CNT y CGT.
La industria fue una de las actividades en que el paro se dejó sentir con más fuerza, aunque de una forma muy irregular por zonas geográficas y por sectores. Así, fue mayor en Guipúzcoa, en especial en las zonas interiores, y en las grandes empresas. El transporte público de viajeros fue otra de las más afectadas, aunque alguno llegó a funcionar con cierta normalidad, como los autobuses de Bilbao, pero en la mayoría de los casos, con los servicios mínimos, fijados en un 30% de lo habitual.
- Incidencia puntual.
En el resto de áreas productivas el seguimiento de la huelga fue, en términos generales, menor, aunque con incidencia puntual en determinados centros del sector comercial, sanitario... En cualquier caso, fueron pocas las empresas o servicios que cerraron sus puertas, a tenor de las informaciones facilitadas por las organizaciones patronales y por los propios promotores del paro.
Como en ocasiones anteriores, llaman la atención las grandes diferencias entre las estimaciones realizadas por las asociaciones empresariales, el Gobierno vasco y los sindicatos. Para ELA, por ejemplo, el paro fue «un éxito» y, entre otras cosas, alegó para justificar esa valoración que de un total de 480 empresas controladas de más de 50 trabajadores, en 311 fue superior al 70% e inferior al 30% en sólo 66.
Para CC OO el seguimiento de la protesta fue «muy importante», en palabras de su secretario general, Unai Sordo, quien lo estimó en el 90% en la industria de amplias zonas de la geografía vasca.
Unos datos que contrastan con los facilitados por las patronales. Confebask calificó la jornada de protesta como «rotundo fracaso», con un «seguimiento muy limitado». Para la industria, fijó una incidencia del 18% en Álava, el 25% en Guipúzcoa y una cifra intermedia en Vizcaya. Más en concreto, la Federación Vizcaína de Empresas del Metal señaló que de una muestra de 251 firmas con 8.600 trabajadores, el seguimiento fue del 13,7% y la normalidad, «absoluta» en el 66% de los casos. Cebek, Adegi y SEA realizaron asimismo sus valoraciones, que coinciden en el «escaso» seguimiento.
- Éxitos parciales.
El Gobierno vasco también entró a valorar el eco, que evaluó en el 8,6% de los trabajadores de la Administración general, mientras que en el sector privado lo situaba entre el 19% de Álava y el 25% de Guipúzcoa, con un 23% para Vizcaya.
Más difícil es contrastar los datos sobre las diputaciones y ayuntamientos, que no facilitaron cifras, por lo que la única estimación es la de los convocantes, que cifraron el seguimiento como mayoritario en unos casos y «significativo» o «amplio» en otros.
Si bien las centrales fracasaron en parar la actividad como es el objetivo de toda huelga general, no es menos cierto que la visualización conseguida tuvo éxitos parciales muy significativos. En primer lugar, porque llevaron el conflicto con sus piquetes al corazón de las ciudades y centros comerciales emblemáticos en diferentes momentos de la mañana, a polígonos industriales y a empresas sensibles como las del transporte. Además, plasmaron su capacidad de movilización con numerosas manifestaciones en las grandes ciudades, en especial en Bilbao, donde la mayoría sindical que encabezan ELA y LAB, por un lado, y CC OO, por otro, protagonizaron dos de las marchas más importantes de los últimos años en sus respectivos ámbitos.
- Enfrentamientos.
Aunque a lo largo de la jornada no se registraron percances graves, pudo observarse cierto repunte de los incidentes en este tipo de protestas laborales. La actuación de los piquetes propició diversos incidentes que se saldaron con dos agentes de la Ertzaintza contusionados, tres detenidos y 13 imputados por desobediencia a la autoridad e insultos. Una catenaria de FEVE inutilizada, pinchazos a autobuses y daños en algunas empresas completaron la página de sucesos de la jornada, en la que hubo intentos de cortar algunas carreteras.
Menos éxito tuvo la huelga convocada en Navarra por la mayoría sindical que encabezan las centrales nacionalistas ELA y LAB. La misma se limitó a determinadas zonas -norte de la comunidad y cinturón industrial de Pamplona-, sectores y empresas.
Aunque las protestas contra los ajustes de Zapatero y la reforma laboral vienen ya de hace semanas, la huelga general celebrada ayer en Euskadi ha sido por el momento el punto culminante de una fase de movilizaciones laborales que no tiene precedentes desde las grandes reconversiones industriales. Y los responsables sindicales se encargaron de recordar que las acciones seguirán. La posibilidad de que se reforme la negociación colectiva, se recorten las pensiones o se acentúe la perdida de derechos de la reforma laboral mantendrán con las espadas en alto a las organizaciones obreras, al menos hasta la huelga general del 29 de septiembre, esta vez en toda España.
José Luis Galende - El Correo
Teniendo en cuenta que el correo son uno de los voceros del capital vasco...no me extraña para nada el tratamiento informativo que ha recibido la huelga general.
ResponderEliminarPor mucho que se empeñen en oculatar la realidad, cualquiera que paseara el martes por las calles de Bilbao, pudo comprobar por sus propios medios el éxito rotundo de la protesta.
Y como se dijo ese día esto es solo el comienzo.